La idea-fuerza sobre la que se funda el Proyecto del MUSEO E INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS R.P. GUSTAVO LE PAIGE se inspira en el legado de la Cultura Atacameña y las relaciones que se establecen entre lugar y paisaje.
La memoria (la colección) de una cultura se guarda en 8 grandes volúmenes que emergen de la tierra (Pachamama). Ocho centinelas que custodian los vestigios de un tesoro, 8 espacios que albergan 10.000 años de historia. Ahí está el sentido profundo del edificio, de ahí nace el significado de su existencia.
El desafío está en generar un espacio interior para la muestra y regalar un espacio exterior para San Pedro.
Una gran explanada abierta a la cordillera, flanqueada por 8 volúmenes con la lectura del pucará, reinterpretación de la última fortaleza para preservar el patrimonio.
El volumen principal del auditorio interior y exterior cierra y enmarca las tensiones. Define con su presencia el plano inclinado que conduce al interior del museo. La gran rampa de acceso que permite descender contemplando el paisaje. Al descender se penetra en la generosa sombra de un gran alero.
Entre la tierra y el cielo, entre la comunidad y la inmensidad el museo es la frontera. Hacer entrar la presencia del desierto, que como un plano inclinado de arena infinita ingresa al sitio de emplazamiento hasta tocar los cimientos del edificio. Hasta alcanzar con su fuerza la última morada del pueblo atacameño bajo todas las exposiciones.
El museo como nuevo lugar urbano articula circulaciones y relaciones, permite el paso y la permanencia. Una explanada como una plaza que lo reúne todo. Un lugar que hace posible que se presente en forma poética y con más fuerza todo lo que está donde parecía no haber nada.